Jabón de Marsella: 3 recetas fáciles para toda la casa

Limpiar tu casa o cuidar de ti y de los tuyos de una forma más sostenible eran, hasta hace unos años, un auténtico fastidio. Una realidad que ha cambiado ya que hoy en día, los productos de limpieza ecológicos ocupan una cuota de mercado cada vez más grande. En un afán por la eficiencia, la autenticidad y la transparencia, la tendencia DIY (Do It Yourself, por lo que queremos decir «hazlo tú mismo») está cada vez más de moda. Como prueba, el segmento de materias primas e ingredientes creció un 10,3%. En lo más alto de la góndola de ingredientes polivalentes: el jabón de Marsella. ¡Aquí te ofrecemos tres sencillas recetas para aprovechar este ingrediente que tiene más de ocho siglos!

lavandería doméstica

Para esta receta te aconsejamos comprar virutas de jabón de Marsella para facilitar el proceso. Calienta un litro de agua a la que añadirás 50 g de escamas de jabón de Marsella. Una vez que el jabón se haya disuelto por completo, agregue una cucharada de bicarbonato de sodio y luego deje que todo se enfríe en un recipiente de vidrio (en un enfoque aún más ecológico) durante aproximadamente un cuarto de hora. Pequeño paso extra para evitar que la ropa se haga grumosa, mézclala antes de transferirla al recipiente. Si es necesario, agite vigorosamente el envase antes de usar.

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Consejo de uso: ponga la cantidad habitual de detergente directamente en el tambor de su lavadora.

crema de afeitar

Aquí nada más simple: derrita 250 g de jabón de Marsella en 50 cl de agua caliente y luego agregue dos cucharaditas de aceite de almendras dulces y dos cucharaditas de aceite de coco. Dejar enfriar la preparación para que tome la consistencia de una pasta.

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El pequeño plus, tu crema de afeitar es hipoalergénica si el jabón de Marsella que eliges no contiene aditivos químicos, colorantes, perfumes o incluso conservantes, y por lo tanto es apto para todo tipo de pieles, incluso las sensibles.

Pasta dental

Por sorprendente que parezca, el jabón de Marsella ayuda a purificar la boca, previene la formación de sarro y caries mientras juega un papel protector para las encías. Bonificación, también es antiséptico y curativo.

Dos escuelas de pensamiento si decide usar el jabón de Marsella como pasta de dientes: frote su cepillo de dientes mojado directamente sobre él hasta que se forme espuma. O, para los menos atrevidos, podéis preparar una pequeña mezcla de dos cucharadas de agua con 20 g de virutas de jabón de Marsella y unas gotas de aceite esencial de menta para disimular un poco el sabor. Una regla: ¡no te tragues el jabón!

Como habrás entendido, el jabón de Marsella es tu aliado, tanto a nivel ecológico como económico. Creado a partir del aceite de oliva desde el siglo XII, es un producto formidablemente efectivo que no necesita ser probado hoy. Para una conservación óptima, se recomienda guardar el jabón de Marsella en un lugar seco y sombreado para evitar que se derrita y pierda su forma. Cabe señalar que aunque se vuelva muy seco y duro, tu jabón no perderá ninguna virtud, como preferían nuestras abuelas.